Domingo VII del Tiempo Ordinario, 23 de Febrero

Ante las palabras de Jesús, podemos caer en la tentación de pensar que esto es imposible de cumplir, que esto sólo lo hizo Cristo; pero es que Dios quiere que los cristianos seamos “otro Cristo” y para ello nos da la fuerza de su Espíritu porque nosotros solos es verdad que no podemos.

¡Qué difícil es amar al otro cuando es tu enemigo, cuando te hace daño, cuando no te tiene en cuenta, cuando hace lo posible por fastidiarte, cuando te humilla! ¡Qué fácil no sale devolver mal por mal!

¿Cómo puede un cristiano amar al que persigue a la Iglesia, al que hace leyes injustas en contra de ella, al que pretende destruirla?

Nosotros estamos llamados a ser luz para los demás y la única manera de combatir la injusticia y el odio es con el amor, porque el que odia lo hace porque no se siente amado y la única manera de que se sienta amado es que alguien de su vida por él, como hizo Jesucristo.

¡Ánimo!, tú no puedes, pero Él lo hace por ti.

Lourdes Perdiguero, Ávila