Esclavas Carmelitas

27 de jul de 20222 min.

Domingo XVIII del T.O., 31 de Julio

Actualizado: 1 de ago de 2022

¿Qué nos quiere enseñar la palabra de este Domingo?

Como bien estamos viviendo, para nuestra desgracia, cada día vivimos en una sociedad más basada en el consumismo, en basar nuestra felicidad en la acumulación de bienes materiales, tener el último modelo de todo y una cuenta bancaria bastante más que holgada...Pero que equivocamos estamos, que ciegos, y, lo peor de todo esto es que no hay peor ciego que el que no quiere ver, y, si me permitís la licencia literaria quiero citar a Antoine de Saint-Exupéry en su obra el principio " Lo esencial es invisible a los ojos". Y,
 
¿Cómo hemos de volver a lo esencial y dejar lo innecesario?

Hemos de frenar en la vorágine de querer acumular bienes materiales ya que llenaran nuestros bolsillos, pero vacían nuestro Yo más profundo, la luz de nuestra vida...dejan sin duerma, sin energías y lleno de oscuridad a nuestro espíritu...y...¿Quién puede llenarnos de verdad si no nadie más Él?

Y como dice Luis Alfonso Britos en su famoso tema "No adores a nadie, a nadie más que a Él ".

Otra enseñanza que deja entrever esta lectura es una de las bases de la vida en comunidad, es la divina providencia la que nos provee y el acumular bienes materiales nos aleja sin remedio de vivir según la palabra.

Y ¿Por qué lo digo? Todo lo que nos llega es gracias a su intervención, el clima, el trabajo, y nunca existe la casualidad, sino la Causalidad...y nosotros tenemos una única causa.

Y si lo que nos llega, es gracias a nuestro padre ha de ser repartido entre nuestros hermanos ya que como bien dice cuando nuestra alma sea amasa Él nos juzgará...y como dicta la primera carta a los Corintios 11:31 " Si, pues, nos juzgásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados" o como bien dicen nuestros mayores "Haz el bien y no mires a quién " y una de las mejores formas es no acumular para nosotros, pero no solo bienes materiales, sino dar todo para Dios y su pueblo.

Hermanos todos en el Señor, Paz y Bien y como hizo el hermano Francisco hemos de desprendernos de los bienes materiales pata descubrir en el evangelio el auténtico y único valor para los hombres.

No quiero despedirme sin recordar a San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús "Jesuitas" que nos invita a vivir según el verdadero espíritu.

María Resina, Avila

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