Domingo XXII del T.O., 3 de Septiembre

“Tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!"

Cada vez más nos quieren hacer creer que es posible vivir sin sufrir. No tengas pareja estable, ahórrate las rupturas dolorosas; no envejezcas, ponte esta crema; no pienses en el mañana… solo importa hoy, ahora.

Pero este domingo Jesús vuelve a ser un revolucionario y nos recuerda que el camino del amor, su caminito, es imposible sin sufrimiento. Si solo miramos la cruz, podríamos ver un símbolo de dolor y muerte, pero si nos fijamos bien en ella, en el centro está Jesús, el amor. La única forma de que el sufrimiento cobre sentido es a luz del amor.

Hoy también nos recuerda que si solo vivimos para nosotros, si solo pensamos en lo que yo necesito, yo quiero, yo veo… estamos desperdiciando nuestra vida. Pero si entregamos nuestro tiempo a Él, si nos dedicamos a los demás nos salvaremos, _“el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará”. _

¿Puedo dedicar un momento hoy a otro? ¿Puedo dar mi tiempo, mis dones, al servicio del otro?

Elena Balanya, Avila