Esclavas Carmelitas

13 de nov de 20232 min.

Domingo XXXIII del T.O. 19 de noviembre

Actualizado: ene 22

Este domingo Jesús, nos regala otra parábola donde nos enseña el infinito amor que nos tiene Dios a cada uno de nosotros .

A todos nos da talentos a unos 5 a otros 2 a otros 1 , según nuestra capacidad , pero todos hemos recibido , nadie se queda fuera del amor De Dios. No nos va a pedir algo de lo que no somos capaces.

No ama mas al que mas talentos tiene o recibe, a todos nos ama, a todos nos da.

No es más el que más recibe, si no más bien aquel que es capaz de trabajar su talento .

Lo que quiere es que aquello que hemos recibido, mucho o poco, lo hagamos dar fruto.

No podemos compararnos con los que más tienen, cada uno tenemos según nuestras capacidades y así nos pedirá cuenta, según lo que hemos recibido .

Te propongo para esta semana, sentarte en oración , ante la presencia De Dios y descubrir que talentos has recibido; necesitamos silencio para mirar dentro de nosotros, tenemos mucho ruido fuera que nos impide hablar con Dios. Y mirando dentro de nosotros, ante su presencia, descubrir nuestras cualidades, nuestros dones ¿para que?

Para poder trabajarlos y que den fruto, que produzcan y crezcan. Todos somos capaces de hacer algo, todos estamos llamados a trabajar. Es poner nuestra vida a servicio de los demás.

El talento se nos ha dado para gastarlo invertirlo y compartirlo. No para enterrarlo.

Poner a trabajar el talento recibido es dar y compartir con los demás y así se multiplicará , cuanto más se da más se multiplica.

Dios corrige al que entierra su talento y no hace nada con él. Nos pide que nos demos , no que nos quedemos sin hacer nada pudiendo hacerlo. Eso es pereza, dejadez, falta de interés y desprecio, es pecado de omisión, es coger el camino fácil de la comodidad, de la ley del mínimo esfuerzo, es encerrarnos en nosotros mismos.

Y Dios nos pedirá cuentas.

Podemos analizar nuestro día y ver las situaciones por las que hemos pasado y preguntarme: ¿Qué he hecho hoy? ¿Cómo he actuado? ¿He enterrado el talento? ¿Lo he puesto a trabajar para que dé fruto? ¿Cuántas situaciones he dejado pasar sin hacer nada por comodidad? ¿Cuánto me he dado a los demás? ¡¡No nos desanimemos!!

Si nos esforzamos un poco , a poco que hagamos ,confiando en Dios, el lo multiplicará, ya que sabe de nuestra debilidad, que no somos los más preparados, ni los más idóneos, pero ve nuestro esfuerzo. Gracias Señor por los talentos que me has dado. No permitas que la apatía o el desánimo me lleve a enterrarlos .

Paloma Romero, Ávila

    190
    1