Esclavas Carmelitas

5 de jun de 20203 min.

VIGILIA DE ORACIÓN CON ISABEL DE LA TRINIDAD

Ambientación: Necesitaremos si es posible una imagen de Santa Isabel, una Biblia, flores y unas velas.

Introducción: Esta vigilia de oración nos prepara para la fiesta de la Santísima Trinidad que celebraremos el próximo domingo. Hacemos silencio para acallar los ruidos que nos rodean y los que se agitan en nuestro interior, para poder escuchar otras voces. Hacemos silencio para limpiar nuestros ojos y poder mirar al mundo de hoy con sus luces y sombras. Hacemos silencio para abrir el corazón al Dios Amor-Trinidad que ha hecho de toda la tierra su hogar y no cesa de llamar a nuestra puerta para decirnos que nos ama. Lo hacemos en compañía de Santa Isabel de la Trinidad, carmelita francesa. Nació en 1880 y falleció a los 26 años, sabiendo que se iba a la luz, a la vida, al amor.

Canto

“Vivamos de amor Sólo él puede saciar nuestro corazón... Hagamos que todo calle, para escucharle sólo a Él. Dios en mí, yo en Él, he ahí mi vida... Todo lo hago con Él. Vivamos con Dios como con un amigo. En el Carmelo el corazón se dilata y sabe amar mejor. He hallado mi cielo en la tierra pues el cielo es Dios y Dios está en mi alma. Cuanto más cerca se vive de Dios más se ama. Mi ideal consiste en ser la Alabanza de su gloria. He hallado mi cielo en la tierra pues el cielo es Dios y Dios está en mi alma. ¡Oh milagro de amor, amor sin sentido de todo un Dios!”

Canto

Hay algo grande que te habita.

Jn 14, 23. “Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él”

Lector. Escucha las palabras de Isabel con atención y hazlas tuyas. Cierra los ojos y repite a Dios, escondido en ti, que has venido esta noche a adorarle. Mira cómo él te mira, te habita, te sostiene, se ha entregado a ti y ahora vive siempre en tu ama.

Pacifica mi alma, haz de ella tu morada más querida… Que nunca te deje solo allí, sino que esté por entero allí contigo, bien alerta en mi fe, en total adoración y completamente entregada a tu acción creadora. (NI 15)

Gesto: Abre tu manos durante la canción y repitele que quieres adorarle.

Canto

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo...

A su imagen y semejanza.

Génesis 1,26b.27ac. “Y dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; Y creó Dios al hombre a su imagen y semejanza, hombre y mujer los creó

Lector. ¡Cómo se aman esas personas! Contempla ahora esa hermosa escena de la creación en la que Dios decidió crearte, y decidió hacerte semejante a él. ¿Qué hay en ti que es regalo divino, huella del creador? Dale inmensamente la gracias.

“Dios en mí y yo en él. ¡Oh, esto es mi vida! Es tan dulce pensar que casi te poseo como en el cielo. No podré separarme nunca más de Él. Pídele que me deje poseer por entero, arrastrar por entero… Oh, Padre, inclínate sobre esta pobre criatura tuya, semejante a ti, y transfórmala”.

Gesto:

Canto

Gloria al Padre, al Hijo y al Espiritu Santo...

Alabanza de su gloria

Ef 1, 11-12a.13 “Hemos sido predestinados, por decisión del que lo hace todo según su voluntad, a ser alabanza de su gloria. También vosotros habéis sido marcados con el sello prometido”

Alabanza de gloria es el nuevo nombre que hizo suyo Isabel de la Trinidad. Ser alabanza de la gloria de Dios en la humanidad y en cada humano es la vocación que recibe. La alabanza es el lenguaje que el espíritu nos enseña. La alabanza es la respuesta al Amor que nos inunda. ¿Sabes alabar?

“Una alabanza de gloria es un alma que fija en Dios su mirada con fe y simplicidad. Es un instrumento que refleja todo o que es Dios. Es como un abismo sin fondo donde Dios puede meterse y expansionarse. Es como un cristal en el que Dios puede reflejar y contemplar todas sus perfecciones y su propio resplandor. Un alma que utiliza para alabanza de su gloria todos sus dones” (CF 4,3)

Gesto

Canto

Gloria al Padre, al Hijo y al Espiritu Santo...

Peticiones. Ponemos ahora ante Dios Padre, Hijo y Espíritu todas las peticiones que nos habéis confiado. Para que transformen la realidad dolorosa en un lugar donde se manifieste su gloria

Oración. Padre Dios, rico en misericordia y bondad, que descubriste a Isabel de la Trinidad el misterio de tu presencia en el alma e hiciste de ella una adoradora en espíritu y verdad; concédenos, por su intercesión, que también nosotros, permaneciendo en el amor de Cristo, seamos templos del Espíritu Santo de Amor, para alabanza de tu gloria.

Canto

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