TRIDUO SAN JOSÉ, DÍA 3
- Esclavas Carmelitas
- 17 mar
- 1 Min. de lectura
Patrono de la Iglesia universal
El cristiano es como san José: debe custodiar. Ser cristiano no es solo recibir y confesar la fe, sino custodiar la vida: la propia, la de los otros, la de la Iglesia.
El Niño que José custodia es Aquel que dirá: «Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis». Por tanto, toda persona que tiene hambre y sed, todo extranjero, todo migrante, toda persona sin ropa, todo enfermo, todo preso es el “Niño” que José custodia. Y nosotros somos invitados a custodiar a todos ellos como lo ha hecho José. Por esto, él es invocado como protector de todos los necesitados, de los exiliados, de los afligidos, y también de los moribundos. Nosotros debemos custodiar, porque custodiamos a Jesús.
Oración:
Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén
San José,
patrono de la Iglesia universal,
ruega por nosotros.
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