Los apóstoles se presentan reunidos y encerrados, por miedo a los judíos cuando se presenta Jesús. Jesús no los ha llamado solos, los ha llamado a vivir unidos en comunidad. Esta misma llamada la hemos recibido nosotros por el bautismo, la fe no se puede vivir de forma individual, es por medio de la Iglesia que recibimos a Dios.
«Paz a vosotros». Jesús les da la paz. Nadie da lo que no tiene y los discípulos en ese momento no tenían paz, estaban asustados. Les enseña las manos y el contado para que crean en su resurrección, ya que «si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana también vuestra fe» [I Co 15,14]. Con esto les da esperanza,
«Como es Padre me ha enviado, así también os envío yo». Nuestra misión es continuar la misma misión que comenzó Cristo, Él nos hace partícipes de su misión. Ha decidido confiar en los hombres para anunciar su mensaje al resto.
«Recibid el espíritu santo». Él sube al Padre, paro nos deja el Paráclito. El Espíritu capacita a los apóstoles para la misión que el Señor les encomienda. En este día de Pentecostés, te invito a que te preguntes: ¿Cuál es mi misión? ¿Qué capacidades necesito que Dios me conceda para realizarla?
Pidamos al Señor que nos conceda los dones del Espíritu Santo y nos acompañe al realizar nuestra misión.
Antonio del Pozo
Seminarista de Segovia
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