Nuestra historia
Impulsadas por esta llamada y con la bendición de Don José Guerra Campos, obispo de Cuenca, cuatro jóvenes hermanas comenzaron a vivir en común en espíritu de castidad, pobreza y obediencia. Las unía la búsqueda apasionada de Dios y de su intimidad, además de un ardiente deseo de evangelizar. En 1980, comenzaron a vestir el hábito carmelitano y se llamaron “Esclavas Carmelitas de la Sagrada Familia”.
A partir de entonces todo se convierte en aventura. La Providencia que asiste a las hermanas en sus necesidades más básicas, la necesidad que perciben en las parroquias y que va configurando su vida apostólica, la llamada a unificar contemplación y acción, la alegría de recibir nuevas hermanas y la consiguiente expansión por otros lugares de España…, por fin, la aprobación como Instituto de Derecho Diocesano en 2009. Y todo esto con los retos y dificultades propias del camino, que sólo el Señor –que sondea los corazones- conoce en profundidad, y que se viven con un hondo espíritu de confianza y de fe.
Esta aventura llega hasta hoy en la vida de las hermanas que han acogido el don de la vocación, se han enamorado de Jesucristo, y han reconocido que merece la pena gastarse para que la Buena Noticia del amor de Dios pueda llegar a todos.
