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  • Foto del escritorEsclavas Carmelitas

Construirán casas y las habitarán



Como bien recordáis hace poco más de un mes nos reunimos todos en Cuenca para celebrar la profesión temporal de la H. Teresa. Allí pudimos disfrutar de una convivencia de tres intensos días, con el lema “Construirán casas y las habitarán” (Is. 65, 21). En Cuenca nos esperaba un grupo de gente de distintos sitios: Segovia, Madrid, Ávila, para acompañar a la H. Teresa.

Como su propio nombre indica, una “CONVIVENCIA”. Eso es lo que vivimos durante tres días muchos Jóvenes Nazaret y hermanas de sitios diferentes, con los cuales no solemos coincidir pero con los que compartimos lo más importante: la fe. Algo tan corto de escribir pero a la vez tan intenso, que te hace vivir las cosas de una manera diferente al resto.

Ya he dicho antes que el lema de estos días fue “Construirán casas y las habitarán” (Is. 65,21), y esta es una frase sobre la que podemos reflexionar no sólo durante una convivencia sino sobre todo en nuestra rutina, para que, al aplicárnosla, podamos vivir cada día un poquito más cerca de lo que Jesús quiere o tiene preparado para nosotros.

Durante esos días, pudimos disfrutar de una excursión al Cerro Socorro, donde un sábado normal, se convirtió en otro motivo para convivir y compartir experiencias. También disfrutamos de una vigilia, en que no podíamos olvidar que en medio de todo está Dios, llamándonos a cada uno a una misión en concreto. Escuchamos y fuimos partícipes de testimonios de las vidas de nuestros Jóvenes Nazaret y contemplamos cómo a cada uno Jesús le llama de una manera diferente.

Y el domingo vivimos todos juntos la celebración de la H. Teresa, disfrutando de una bonita misa en compañía de todos los que nos habíamos encontrado ya el viernes y la gente que se sumó a la fiesta de este día.

En estos días de compartir, convivir, rezar, hacer unidad...me doy cuenta de lo que Dios va haciendo en cada uno de nosotros. Son ratos, momentos, situaciones, que vivimos cada cierto tiempo y que nos vienen genial para enriquecernos los unos con los otros. Es bonito saber que a cada uno el Señor nos llama de una manera diferente, pero con algo en común para todos, que es intentar seguirle. No se nos puede olvidar que el motivo de esos días era acompa- ñar a la H. Teresa en su profesión temporal, unos votos llenos de fidelidad, alegría, sencillez y humildad, marcados por el carisma de las ECSF. Ese carisma que poco a poco vamos adaptando para poder vivirlo como Jóvenes Nazaret que somos. Y esto, se va realizando con ayuda de la oración y de las experiencias que nos va presentando el Señor a lo largo de nuestra vida.

Claro, después de tres días tan vivos, de tantas experiencias, emociones y sensaciones, todo vuelve a la normalidad, la gente regresa a sus sitios, la H. Teresa empieza a vivir sus votos... Y yo como joven, después de esos días con tanta intensidad, vuelvo a mi ciudad, una ciudad lejos de todos los jóvenes, de las hermanas, lejos también de poder vivir ese carisma con mas jóvenes Nazaret… cuando no es la primera convivencia a la que asistes, tienes claro que esos días te sirven más a ti, por estar lejos, como motor para seguir y recordarte que hay que continuar cultivando la fe, y así ir creciendo y compartiendo con los demás cada vez más cosas. En definitiva lo que tenemos que tener claro en estos encuentros, es que aparte de la diversión, el ocio, el compartir, el convivir... hay otro motivo mucho más importante por el cual nos juntamos y compartimos, que es Dios. Cada uno somos diferentes: con nuestro carácter, nuestras manías, costumbres, pero que no hay que buscar tan dentro para saber que nos une algo que un día Él nos regaló y que ese es el motivo por el que nos reunimos. Porque dentro de nuestra convivencia, de la acogida, de los ratos de compartir, de la despedida, en todos esos momentos en el centro de todo, lo hacemos presente a Él.

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