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  • Foto del escritorEsclavas Carmelitas

Vasijas hermosas ante Dios



CANCIÓN: Salmo 44

De pie a tu derecha se encuentra la reina,

con bello esplendor de oro de Ofir. (bis)

Hijas de reyes salen a tu encuentro,

de pie a tu derecha se encuentra la reina,

con bello esplendor de oro de Ofir.

Escucha, hija, mira: inclina el oído,

olvida tu pueblo y la casa paterna;

prendado está el rey de tu belleza:

póstrate ante él, que él es tu Señor.

Entre cantos de fiestas y con gran alegría,

entre cantos de fiestas y con gran alegría,

van entrando en el palacio, palacio real.


TEXTO LITÚRGICO

Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo: ven y salva al hombre, que formaste del barro de la tierra.

PEQUEÑA REFLEXIÓN

Dice Gerard Bessiere: “Dios se hace hombre, por tanto es hermoso ser hombre. La Navidad, que pronto vamos a celebrar, es la fiesta de Dios, es la fiesta del hombre. Cada vez que Dios se da al hombre, es para restituirle a él mismo. Y Navidad es más que un aniversario, es la fiesta de nuestro tiempo. A pesar de las pasiones sombrías de la carne y de la sangre, la arcilla del miedo está ennoblecida entre las manos de Dios. Velad, pues se vigila en nombre de la ley, pero se vela en nombre de la ternura. Sí, hoy Dios viene hacia nosotros a grandes pasos”

Para que una vida sea hermosa no hace falta hacer cosas, no hacen falta cualidades extraordinarias, no es necesario. Gente sencilla, sin grandes recursos pueden crear en torno a sí un espacio de esperanza, ha recordado el hermano Roger. Querer ser extraordinario sería una exigencia de nuestro orgullo y de la imagen que otros quieren de mí. Lo que da brillo a la vida no son las medallas sino progresar cada día, vencerte a ti mismo, ganar la partida al desaliento, avanzar un poco más, dar de ti todo lo que puedes…

Nuestra verdadera misión es ser los amados de Dios. Una persona brilla no cuando hace las cosas que los demás estiman o aplauden, brilla cuando se siente amada, cuando vive enraizando en su estructura humana este sentimiento de ser amado. Entonces se convierte en testigo del amor.

ORACIÓN FINAL

Lo he visto, Señor, y tú también lo has visto,

hemos visto trabajar al alfarero.

Señor tú eres nuestro Padre,

nosotras, la arcilla y Tú nuestro alfarero;

la hechura de tus manos, todas nosotras.

¿Por qué me has hecho así?

¿Para qué me has hecho así?

¿Cuáles son, Señor tus planes y proyectos

al modelar está vasija de barro?

¿Para qué quieres que sirva?

¿Dónde está mi sitio?¿Dónde?

¿En qué lugar del mundo,

en qué lugar de esta casa grande,

que es el universo?

¡Como me has modelado, Señor!

Tus manos formando y despertando

Mi propia capacidad de dar y de servir.

Tus dedos haciéndome el hueco

para recibir y acoger.

Señor, me has dado cinco talentos,

o siete o diez o diecisiete.

No quiero guardarlos para mí.

Quiero multiplicarlos para tí,

Para tí, que estás en los hermanos y hermanas.

¿Qué vas hacer de mí?

¿Qué voy a ser?

¿Seré cuenco, cántaro,

jarra o jarrón?

Harás de mí una vasija de barro,

honda y ancha, esbelta o bajita.

¡Que más da!

Vaso de barro, para ti Señor,

Para tí, que estás en los hermanos y hermanas.

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