El Papa Francisco, en la Gaudete et exultate, nos ayuda a reflexionar sobre el sentido de las bienaventuranzas. Nos puede ayudar cambiar la palabra “bienaventurados” por “Santos”.
Ojalá tuviéramos hambre y sed de ser pobres de corazón, de los que lloran porque sienten el dolor de los demás, que el culmen de está historia: la misericordia, que es el pilar que sostiene lo que nos ayuda a ser santos. Dichoso, santo, feliz tú , Que escuchas la palabra ojalá también la cumplas.