Al leer el evangelio me ha llamado la atención esta frase: “Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio”.
Lo que estáis viendo y oyendo; eso quiere decir que lo tenemos que descubrir aquí y ahora. Cada día es un milagro espectacular y tú y yo debemos entrenar “la mirada” para descubrirlo…
- ¿Te has fijado en los colores del cielo?
Desde el alba hasta el anochecer son una fiesta continua de creatividad. E incluso en la noche: las estrellas, la luna…
- ¿Te has fijado en cada ser humano?
Cada uno de nosotros lleva la gloria de Dios grabada en la frente. Si los milagros en la naturaleza son continuos y espectaculares: esa flor que se abre a pesar del intenso frío, esa planta que brota rompiendo el asfalto, ese animal que te mira a los ojos… Dentro de ti y de mí son como los que describe el evangelio:
Hoy puede terminar tu ceguera: entrena tus ojos para descubrir a Dios aquí y ahora. Está, siempre está.
Hoy puedes caminar, un paso más que ayer. No estás solo, lo veas o no, alguien camina contigo pero no puede caminar por ti.
¿Y tus heridas? No importa cuánto tiempo lleven contigo. Hay alguien que te espera y desea limpiarte, curarte, sanarte cuerpo y alma.
Entrena tu oído: cada mañana Dios, con infinita ternura, susurra tu nombre y te dice; cuento contigo, te necesito, no puedo vivir sin ti.
¿Y la muerte? Ya es hora de que descubramos que Jesús nos abrió la puerta a la VIDA.
No importa lo pobre que seas o te sientas, ERES DIVINO. Dios es el original de esa obra maravillosa que eres tú. Pero de nada sirve lo que yo te diga, es a ti a quien le toca descubrir los milagros de cada día… El más maravilloso… eres tú.
Maribel Briones, Burgos
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