En estos tiempos, cerramos muchas puertas al Señor, cómo hacían los discípulos. En nuestros corazones existen mucho miedo a decir SI, nos falta confianza cómo a Tomás, para creer y confiar en el Señor, que se nos da en cada momento, desvaneciendo nuestros miedos y nuestras dudas.
El Espíritu con su fuerza, nos ayuda a no poner resistencias, abrir nuestras puertas a la vida con los hermanos, sin juzgar a nadie…
Dejémonos invadir por la presencia del Espíritu, en todos los momentos de nuestra vida, no nos cerremos a la verdad, no seamos como Tomás qué necesitó verificar que el mismo Dios había venido a su casa, El siempre acude, está presente en nosotros y no necesitamos verle para saber que está cerca y nos lleva de la mano.
¿Qué te impide a ti ver para creer?
¿Nos cuesta ver al Señor en las personas que nos rodean?
Marisol y Chelo, Ávila
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