Jesús curó a la suegra de Simón, no es de los grandes milagros de Jesús; pero ella, en agradecimiento se levantó y empezó a servirles. Jesús con nosotros también hace pequeños milagros todos los días, son pequeños dones que nos concede, y la suegra de Simón y el Evangelio nos enseñan que tenemos que poner al servicio de los demás los dones y gracias que recibimos todos los días, desde el mismo momento en que abrimos los ojos y se nos regala un nuevo día para ser mejores que ayer: actuar como la suegra de Simón, que, una vez curada, no se queda en la satisfacción de la cura, sino que se pone al servicio de todos. Debemos aprender a ayudar a los demás y llevar el Evangelio más allá de nuestra zona de confort, como hizo Jesús.
Mari Margeliza
Cuenca
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