Dos palabras clave en este Evangelio de San Mateo: SAL y LUZ. El Señor nos pide que seamos la "SAL" y la "LUZ" con nuestras palabras y acciones, nos dice que demos "SABOR" a la vida de quienes nos rodean cada día.
Jesús nos identifica con "sal buena" la que condimenta y conserva la comida, entonces, para mi entender, sal significa vivir para los demás.
Cuando el Señor nos pide que seamos luz para el mundo, nos está pidiendo que seamos la esperanza para un mundo dónde no faltan las tinieblas y oscuridades.
Por tanto, de nada nos sirve acumularlos, si no nos acercan a la vida de los demás, si no los utilizamos para dar un "SABOR" distinto y una "esperanza" para el mundo.
Y podemos preguntarnos, después de la reflexión de este evangelio: ¿De qué forma me doy a los demás?
Candelas Moro Tapia, Segovia
Comments