Mujer, qué grande es tu fe.
En este evangelio, destaca mucho el personaje de esta mujer. Una mujer que es madre, que como una madre vive ese sufrimiento que conmueve a su hija, lo vive en su propia carne. Destacar tres palabras de este evangelio: perseverancia, humildad y confianza.
Perseverancia, cuando Jesús pasa por allí y no escucha a esta mujer. Sin embargo, ella insiste y persevera a pesar de ser cananea y ser rechazada por los judíos, mostrando su gran fe y su condición de madre al acercarse a Jesús. En nuestro día a día también debemos vivir esta perseverancia en la oración, en abrir nuestro corazón aunque nos cueste, pero siendo fieles.
Humildad, el gran ejemplo de nuestra madre, María. Esta mujer, sigue el camino de nuestra madre, siendo humilde y sencilla. En el día de la Asunción de la virgen, el sacerdote en la homilía dijo que la humildad es el camino que nos lleva hacia el cielo.
Confianza. Cuántas veces nos cuesta confiar en los planes del señor, cuantas veces dudamos y nos da miedo. Pero como dijo el papá: “No tengáis miedo. Levántate y ponte en camino”. Como hizo esta mujer, que gracias a su fe, su hija fue curada.
Que como la mujer del evangelio seamos perseverantes en nuestra vida de fe, humildes antes Dios y ante nuestros hermanos. Y que al igual que esta mujer confiemos siempre en Él, pidiéndole que aumente nuestra fe.
Natalia Cobo, Cuenca