En el evangelio de hoy, Jesús dialoga con sus discípulos acerca de la personificación del mesías. Primero pregunta, quién es reconocido por la gente como él mesías.
Por segunda vez pregunta, ¿Quién decís que soy yo?. Pretende llegar al corazón sincero y libre de sus discípulos con el fin de sembrar las bases de una Iglesia sólida, que perdurase a lo largo del tiempo.
Con esta pregunta nos hace replantearnos qué es para nosotros Jesús, qué significa para nosotros mesías. Este evangelio me suscita que no tenemos que escuchar las voces de otros que opinan lo qué es Jesús. Tenemos que conocerle personalmente. Tenemos que ser libres para aprender de él y descubrirlo. Entonces sabremos lo que es ser mesías, amarle verdaderamente y seguir construyendo esa Iglesia que comenzó con Simón Pedro.
Pedro está empezando un camino, su respuesta firme encontrará a lo largo del camino que ha emprendido junto a Jesús numerosos contratiempos, zancadillas, tropezones… Nosotros también los encontraremos pero debemos ir adaptando nuestro corazón al corazón de Jesús y a su Palabra.
Belén Illana, Segovia
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