“El que quiera ser grande, sea vuestro servidor”
En el Evangelio de este domingo se confrontan dos formas de pensar y actuar radicalmente opuestas: por un lado, la de los discípulos, que actúan según los dictados de este mundo y, por otro, la de Jesús, que rompe nuestros esquemas.
Entre estas dos posturas, es fácil identificarse con la de los discípulos. Al igual que Santiago y Juan, nosotros también ambicionamos siempre lo mejor y pensamos que somos capaces de todo. Y al igual que el resto de los apóstoles, también nos indignamos si los otros muestran esas ambiciones, porque no las merecen tanto como nosotros.
La postura de Jesús, en cambio, nos choca por completo. El Señor nos invita a cambiar el chip, a olvidarnos por un momento de nosotros mismos y pensar en los demás. Nos enseña que, para alcanzar la grandeza, la única manera es renunciar a uno mismo, incluso hasta entregar la vida.
Que el Señor nos ayude a seguir su ejemplo, en contra del modo de pensar de este mundo, y no busquemos ser servidos sino servir.
Manolo Sánchez Andreu, Ávila
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