Lo que podemos aprender del Evangelio de hoy son los cambios que se producen en las personas cuando acogen a Jesús. Al escucharlo, me he preguntado ¿hasta que punto he cambiado al acoger al Señor en mi vida? ¿Estoy completamente dispuesta a aceptarlo?
Como le pasó a Zaqueo, nosotros también podemos transformarnos si acogemos al Señor, si le abrimos totalmente las puerta de nuestra casa y nuestro corazón, si dejamos que entre y nos acercamos más a él.
Empecemos pues por nosotros mismos, en nuestro entorno cercano, para seguir cambiando el mundo en su nombre. Los cambios más importantes son los que salen del corazón.
Pilar Garrido, Segovia

Comments