NOVENA A LA SAGRADA FAMILIA, DÍA 5

"PARA FORJAR EN NOSOTROS AUTÉNTICOS CONTEMPLATIVOS EN LA ACCIÓN"

Yendo ellos de camino, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano». Respondiendo, le dijo el Señor: «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada». (Lc 10, 38-42)

«Una intensa vida de oración ha de alimentar diariamente el amor a Cristo que sostiene y empuja nuestra entrega total a Dios y a los hermanos.» (Constituciones 84)

La Hna. Clara Sanchidrián nos ayuda hoy a rezar:

Jesús se hace presente en lo ordinario, en lo sencillo, en aquello que muchas veces realizamos casi sin darnos cuenta. Sin embargo, solo podemos reconocer su presencia cuando vivimos en intimidad con Él. Es en la oración personal diaria donde se afina la mirada del corazón y aprendemos a descubrir al Señor en medio de la vida cotidiana.

Cuando la acción nace de una relación viva con Jesús, el estudio, el trabajo y las actividades de cada día se transforman en oportunidad de encuentro con Él. Y así, lo que hacemos deja de ser solo una tarea y se convierte en respuesta de amor.

No se trata de hacer cosas extraordinarias, sino de realizar lo ordinario con amor. Y esto solo es posible de rodillas: acudiendo cada día a Jesús, dejando nuestra vida a sus pies, y cultivando un corazón atento y disponible, capaz de reconocer su presencia en todo y vivir desde Él y para Él.

Jesús, María y José, haced de nuestro hogar un nuevo Nazaret.