“En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña”. Hace apenas unas semanas, jóvenes de todo el mundo nos poníamos en camino hacia la JMJ bajo este lema del evangelio que nos habla de prisa, de encuentro y de Alegría.
María se pone en camino con prisa. A pesar de las preocupaciones, necesidades e inquietudes que presentaba por su nueva condición, no duda en ponerse en camino para ayudar a su prima Isabel. María se pone en camino hacia el necesitado, olvidándose por completo de ella.
Parte hacia un encuentro, un encuentro lleno de la mismísima Alegría. Un encuentro de Cristo. María lleva a Isabel la alegría del Salvador, que tan claro nos queda en el clamor de Isabel dirigiéndose a ella como “Bendita” y “Dichosa”.
Que aprendamos como María a ponernos en camino con la prisa del evangelio. Que sepamos como Isabel asombrarnos y dar gloria ante la grandeza del Señor y de sus obras.
Hoy la Iglesia nos invita a contemplar a María Asunta en cuerpo y alma al Cielo. Detalle que el Señor quiso tener con su madre por aquel Sí lleno de amor sin condiciones.
Que en el día de hoy miremos al Cielo sabiéndonos cuidados y protegidos por una madre que nunca nos abandona.
Paula Bascuñana, Cuenca