Solemnidad de Pentecostes, 8 de junio

Este domingo es Pentecostés, el momento en que la Iglesia empieza su caminar, nuestro caminar... El momento en que los apóstoles reciben la fuerza necesaria, la fuerza del Espíritu Santo para cumplir la misión que Jesús les había encomendado...

Pero... Antes de todo eso, los apóstoles tenían miedo y ¿Quién no? Habían visto morir a su maestro y resucitar pero... Les había vuelto a dejar solos o eso pensaban ellos... A nosotros nos pasa un poco como a los apsotoles...

Sentimos que Jesús nos ha abandonado y nos sentimos solos y con miedo de mostrarnos tal y como somos, vulnerables, pero Él no nos deja solos, sino que nos envía su Espíritu para que habite en nosotros, porque, como dice san Pablo, nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Él es quien habita en nosotros y quien nos acompaña en cada paso que damos, aunque no lo veamos o sintamos...

En Pentecostés, el Espíritu se derrama sobre nosotros para que nos pongamos en marcha, seamos esa Iglesia en salida, de la que tanto hablaba Francisco

¡Espíritu Santo eres bienvenido a este lugar!

Merce Herráiz

Ávila